¿Qué sigue?
Es cierto que el Congreso Eucarístico Nacional llegó y se fue, pero el avivamiento está lejos de haber terminado por nuestra parte. ¡Hay más! Aquí hay algunas formas en las que podemos mantener encendida la llama de esta renovación en nuestros corazones:
Reflexione sobre el regalo del avivamiento
Recordemos que este avivamiento fue el regalo de Jesús para nosotros. Si bien podemos cooperar con Su gracia, que se derrama continuamente sobre nosotros, nunca debemos pensar en el Avivamiento Eucarístico como resultado de lo que hicimos. ¡Fue todo a través de Él, con Él y para Él!
Mantenga un espíritu de arrepentimiento
Necesitamos mantener un espíritu de arrepentimiento. No se trata sólo de buscar el perdón de nuestros pecados, sino de una renovación en nuestro modo de pensar. Cada día de este mes de agosto, pase tiempo con el Señor en su parroquia o en una iglesia cercana. Lleve al Señor la siguiente pregunta: “¿Qué ha renovado en mí este avivamiento?” y cada día pregúntele a Jesús en la Eucaristía “¿Qué quieres que haga con esta comprensión renovada?”, “¿Cómo puedo poner esta comprensión renovada al servicio de los demás?” Otras buenas preguntas para la reflexión son: “¿Qué pienso de Jesús?”, “¿De su presencia real en la Eucaristía?”, “¿De mi papel como misionero eucarístico?” y “¿Veo el tiempo con Él como una prioridad o como algo secundario?”. Permitamos que el Espíritu Santo traiga renovación en cualquier área de nuestra mente que necesite transformación.
Camine con alguien
Únase a la iniciativa “Caminar con Alguien”. Ore por alguien con quien Dios lo está llamando a caminar intencionalmente. Tal vez pueda invitar a esta persona a un café o a una cena y comenzar prudentemente un diálogo abierto sobre la fe. Para más información sobre “Caminar con Alguien”, haga clic aquí.
Actúe con intención
Quizás se esté preguntando, ¿por qué hacer más de lo que ya está haciendo? Tal vez hay algo que necesita eliminar de su vida espiritual para hacer espacio para algo más. Tal vez no hay nada que deba cambiar, pero tal vez solo para crecer en intencionalidad. Rezar la Misa con intención, rezar el rosario con intención, acercarse a amigos y familiares con intención, son todas partes importantes de vivir nuestra fe de manera fructífera. Este avivamiento nos ha mostrado que todos estamos llamados a una relación con Jesús verdaderamente presente en la Eucaristía, y que, fortalecido por la Eucaristía, el Señor puede traer transformación a nuestras vidas y a las vidas de los demás. Si aún no está motivado para crecer como discípulo, solo mire los titulares de nuevo. Este mundo necesita esperanza, necesita cambio, necesita a Jesús. Seamos sus instrumentos, vivamos como un pueblo eucarístico.
Conviértase en un misionero eucarístico
Junto con una oración ferviente y una vida sacramental, necesitamos formarnos y equiparnos para ser misioneros eucarísticos para estos tiempos. La adoración a Nuestro Señor Jesús presente en la Eucaristía está vinculada a nuestra presencia en la Misa los domingos. Nuestra presencia en la Misa conduce a un tiempo de Adoración. Estos dos pilares del Avivamiento Eucarístico son los primeros y más importantes. Si queremos ser Misioneros Eucarísticos efectivos, entonces debemos caer de rodillas ante Él en Adoración y en la celebración de la Santa Misa cada domingo.
Oración por el reavivamiento
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman!
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente, y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
Nuestra Señora de Fátima
Photo Credit: Jeffrey Bruno