POR CARDENAL TIMOTHY M. DOLAN

Puedo compartir una historia del velorio de Mamá que podría ayudarnos apreciar y comprender mejor el significado de los eventos sagrados que observamos en esta Semana Santa? Fue de ayuda para mí.

Entonces, en medio de las lágrimas, la pérdida, mucha gratitud y paz, por la muerte de Mamá, mi sobrina Hayley, una de las nietas de Mamá, pregunta: “¡Tío Tim, Blake y yo estamos esperando un bebé! ¿Nos darás una bendición a los tres?”.

Bueno, la tristeza se convirtió en sonrisas, el desconsuelo en alegría. Al frente de nosotros estaba la muerte, la muerte de Mamá; al frente de nosotros estaba la vida, en el regalo de un nuevo bebé, una nueva vida en la familia.

Job lo expresó mejor: “¡El Señor da y el Señor quita! ¡Bendito sea el nombre del Señor!”

De ahí el significado impresionante de esta Semana Santa: la muerte y resurrección de Jesús, y nuestra participación en ella. Lo llamamos el misterio pascual.

Pasamos de la exultación, aclamación y fe del Domingo de Ramos, a la desolación, negación y duda del Viernes Santo;

Jesús aclamado como Salvador, a Jesús burlado como impostor, como criminal;

El calor, sustento y fraternidad de la Última Cena al sudor de sangre durante la agonía en el jardín;

La tierra se estremece ante la muerte de Jesús; las rocas se derrumban cuando Él se levanta de la tumba;

Su cuerpo quebrantado y ensangrentado puesto en los brazos de su madre afligida, al cuerpo resucitado ante Sus discípulos;

Su muerte en la cruz el viernes por la tarde hasta Su gloriosa Resurrección el domingo por la mañana;

¡Desde Su muerte hasta Su resurrección!

¡Viernes Santo a Domingo de Pascua!

Como me recordaron en el velorio de Mamá y el anuncio de Hayley, nuestras vidas tienen una parte de ambos.

De hecho, no podemos tener vida sin un poco de ambos. Pregúntale a cualquier mamá: el dolor del parto, la alegría de un nuevo bebé.

Sí, en esta vida, experimentamos ambos:

La Maldad y La Bondad,

El odio y el amor,

La Violencia y el Perdón,

El Pecado y la gracia,

El Infierno y el cielo,

Satanás y el Salvador,

La Traición y la lealtad,

La Muerte y la vida,

El Morir y resucitar…

El Hijo de Dios tenía ambos; y nosotros también.

Solo recuerda que es Dios quien tiene la última palabra, Su Hijo quien triunfa. ¡Este es el mensaje de estos días sagrados!

¡Una Bendita Semana Santa y Pascua!