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Carta Pastoral del Cardenal

12 de Junio del 2020
Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Estimada Familia de la Arquidiócesis de Nueva York:

Debido a que los titulares de las noticias de los últimos meses parecen ser implacablemente inquietantes y deprimentes, estoy ansioso por compartir algunas buenas noticias. Las Misas Diarias comenzaron a principios de esta semana en las parroquias de la arquidiócesis en los condados de Dutchess, Sullivan, Ulster, Orange, Rockland, Westchester y Putnam, y la Misa Dominical comenzará en esos mismos condados este domingo 14 de Junio, providencialmente en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo – ¡Corpus Christi!   Además, los funerales, las bodas y los bautizos también se pueden celebrar una vez más. (La solemne obligación de asistir a la Misa Dominical se mantiene temporalmente suspendida).  Por supuesto, debemos seguir los consejos de los profesionales de la salud y limitar la asistencia a no más del 25% de la capacidad de la iglesia, mantener la distancia social, el uso de mascaras y observando todo de los requisitos de la salud y la seguridad que se han convertido en parte de nuestras rutinas diarias.

Comprensiblemente, las parroquias en Staten Island, el Bronx, y Manhattan tendrán que esperar unas cuantas semanas más, hasta que la Ciudad de Nueva York entre a la Fase 2 del proceso de reapertura del Estado de Nueva York. Sin embargo, las iglesias en esos distritos permanecen abiertas para visitaciones, la oración y el sacramento de la confesión, y esperamos la reanudación de la Misa en estas parroquias pronto.

Su paciencia y su comprensión durante este período difícil han sido admirables.   Me han conmovido las numerosas cartas, llamadas telefónicas y correos electrónicos que me han enviado, expresando su anhelo de poder asistir a la Misa y recibir la Eucaristía, contándome su admiración por su párroco u ofreciendo su apoyo a su parroquia y la arquidiócesis mientras lidiamos con las implicaciones financieras del cierre por el coronavirus. A pesar de que nuestras iglesias se cerraron temporalmente para la Misa pública, nuestros sacerdotes y parroquias encontraron formas nuevas e innovadoras de llegar a la gente, incluido el contacto regular con los feligreses, los servicios de sepultura y las Misas en línea.   ¡La Misa de la Catedral de San Patricio ha llegado a decenas de miles de personas cada semana!

También me ha conmovido el heroico trabajo realizado por Caridades Católicas de la Arquidiócesis y ArchCare, nuestro ministerio de atención médica, para responder a las crecientes y cambiantes necesidades de las personas durante estos meses. No es una exageración decir que están al frente, encontrando formas nuevas y creativas para ayudar e aliviar el dolor y el sufrimiento de tantas personas, y haciendo realidad las palabras de Jesús, “lo que sea que hagas por tu hermano y hermana, lo haces por Mí.”

Así, también, nuestras Escuelas Católicas han continuado brindando una educación de calidad a nuestros estudiantes. Nuestros maestros, administradores y personal de apoyo de la oficina del Superintendente de las Escuelas trabajaron juntos para hacer una transición rápida para el aprendizaje desde el hogar.

Muchos de ustedes respondieron generosamente, incluso se inscribieron para recibir donaciones electrónicas a través de WeShare (para detalles adicionales, consulte el sitio WEB de su parroquia), y en Abril y en Mayo nuestras parroquias recibieron cerca del 70% de sus ingresos regulares – ¡Gracias! ¡Qué exhibición tan inspiradora de mayordomía!   Han hecho la diferencia. Sin su apoyo, nuestra situación sería aún más grave de lo que es.

Sin embargo, para ser transparentes, nosotros, como muchos de ustedes, todavía enfrentamos enormes desafíos financieros. Permíteme compartir algunos con ustedes:

 Incluso antes de la pandemia del coronavirus, la arquidiócesis tuvo que apoyar a muchas de nuestras parroquias, escuelas y otras instituciones que no pudieron sobrevivir por su cuenta. Por ejemplo, la arquidiócesis comparte $10 millones por año con parroquias en dificultades, mientras que nuestras escuelas reciben $40 millones en subsidios anuales para mantener sus puertas abiertas. Además, muchos de los padres de nuestros estudiantes de la escuela no pudieron hacer los pagos de la matrícula desde Febrero, debido a la pérdida de ingresos por los despidos, el desempleo o la caída de los salarios. Muchos de nuestros generosos partidarios, como el Fondo de Becas Inner-City  y la Fundación Alfred E. Smith, dieron un paso adelante para ayudar a cerrar el vacio durante el resto del año escolar. Pero, muchas de nuestras escuelas tienen muy pocos estudiantes registrados para el mes de Septiembre, ya que las familias con dificultades no pueden pagar la matrícula, incluso con nuestras becas, y es posible que estemos viendo un número significativo de cierres de escuelas, algo que trabajaremos fuertemente para evitar.

La Campaña Anual del Cardenal, que ayuda financiar muchos de los ministerios básicos de la arquidiócesis, también ha disminuido alrededor de $4 millones este año, a pesar de que las necesidades de las personas a las que servimos están aumentando.

Todo esto se produce a medida de que la arquidiócesis continúa preparándose para responder a las muchas demandas judiciales, en el último recuento, se han presentado cerca de 400, que son parte de la Ley de Víctimas Infantiles, que, como saben, eliminó el estatuto de limitaciones para uno año y permitió demandas civiles por el abuso sexual de menores; esa ventana “retrospectiva,” que debía expirar en Agosto, ahora se ha extendido hasta Enero, y puede extenderse aún más hasta Agosto del año 2021.  Le prometí que lo mantendré informado. Solo sepa que tenemos ante nosotros más malas noticias sobre pasados escándalos y costos elevados. Le renuevo este compromiso: ninguna de las donaciones que recibimos para ministerios específicos de la arquidiócesis se utilizará para pagar el costo de estas demandas.

Comparto toda esta información, no para criticar o apelar por simpatía, sino porque usted merece saber la verdad, especialmente si nosotros, como arquidiócesis, necesitamos tomar algunas decisiones difíciles en los próximos meses.

¿Puedo cambiar de tema por un momento?

En las últimas dos semanas, en todo el país, hemos visto protestas, marchas y manifestaciones a raíz de la trágica muerte de George Floyd.  El grito de la manifestación de “Black Lives Matter” ha hecho eco en toda la tierra, como debería ser. Sí, por supuesto, todas las vidas son importantes: ¿No hay una verdad más básica de nuestra fe de que todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? – Pero la realidad es que el pecado y el mal del racismo continúan atormentando a nuestra sociedad y, lamentablemente, con demasiada frecuencia y parece que, para algunos, las vidas de los negros no importan, o no importan lo suficiente. He hecho muchos amigos con la policía de Nueva York y en otras agencias de aplicación de la ley en toda la arquidiócesis. Sé que la gran mayoría de nuestros agentes de la ley son personas buenas y decentes, y que no debemos permitir que los horribles actos de unos pocos empañen a todos. Lo mismo podría decirse de los manifestantes, que eran abrumadoramente pacíficos y bien intencionados, y no deberían asociarse con aquellos que estaban empeñados en saquear y destruir.

A medida que buscamos confrontar el pecado en nuestras propias vidas, cualquiera que sea ese pecado, necesitamos la conversión del corazón y la gracia y la misericordia del Sacramento de la Reconciliación. Nuestro Lunes de Reconciliación de esta Cuaresma pasada fue cancelada debido al virus. Por lo tanto, cuando comencemos a regresar a Misa, celebraremos el Viernes de Reconciliación el 19 de Junio, la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Las Confesiones se escucharán en todas las parroquias de la arquidiócesis desde las 10 a.m. hasta el Mediodía y desde las 4:00 p.m. hasta las 6:00 p.m.   Estoy feliz de que nuestros vecinos la Diócesis de Rockville Centre se unirán a nosotros para ofrecer el sacramento en este momento, así que donde quiera que esté, puede detenerse y encontrar un sacerdote listo y ansioso por escuchar su confesión.

Espero que perdone la extensión de esta carta. ¡No tenía la intención de escribir una encíclica! Pero sepa de mi gratitud por todo lo que hace por la Iglesia en Nueva York.

Con mejores deseos de oración para ti y tus seres queridos, suyo,

Fielmente en Cristo,

Timothy Michael Cardenal Dolan 

Arzobispo de Nueva York

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